Las cajas chinas

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Washingtonmanía

George Washington y la joven, ca. 1850, Southworth y Hawes, Daguerrotipo

George Washington a partir de un retrato de Gilbert Stuart, ca. 1805, Foiequa, pintura inversa sobre vidrio, New Britain Museum of American Art

George Washington, Joven pintora en una academia de Dafen, 2011


Réplicas originales o piratería: las polémicas copias chinas del famoso retrato de George Washington de Stuart, que llegaron a Estados Unidos hace más de 200 años –con la manía washingtoniana– y acabaron en museos americanos.

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George Washington y la joven, ca. 1850, Southworth y Hawes, Daguerrotipo

Apoteosis, consagrada a la memoria de Washington, ca. 1.802, Estudio de Tingqua, Peabody Essex Museum

George Washington, 1803, Gilbert Stuart, óleo sobre lienzo, 74 x 61,3 cm., Metropolitan Museum of Art New York

George Washington a partir de un retrato de Gilbert Stuart, principios siglo XIX, artista chino desconocido, pintura inversa sobre vidrio, Peabody Essex Museum

George Washington a partir de un retrato de Gilbert Stuart, ca. 1805, Foiequa, pintura inversa sobre vidrio, New Britain Museum of American Art

George Washington, Joven pintora en una academia de Dafen, 2011

George Washington, 1796, Gilbert Stuart, óleo sobre lienzo, 121.28 x 93.98 cm., Museum of Fine Arts Boston


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The many faces of George Washington, Milton Esterow, ARTnews, 2009
The many faces of George Washington

Un artículo de Milton Esterow publicado en Art News (2009), reseña el controvertido asunto de ciertas copias chinas del retrato de George Washington hecho por Gilbert Stuart que se introdujeron en Estados Unidos; fueron denunciadas por el artista, deseadas por los coleccionistas y terminaron en algunos museos importantes. La crónica parte de una copia expuesta en el New Britain Museum of American Art de New Britain (Connecticut), atribuida a un artista chino llamado Foeiqua –que, al igual que otros, realizó una serie de pinturas inversas sobre vidrio. Han ido surgiendo otras copias como las del Museo Peabody Essex en Salem (Massachusetts), y el Museo Metropolitano de Arte de Nueva York, y de vez en cuando alguna otra reaparece en populares subastas.

A finales del XVIII y principios del XIX, los artistas que trabajaban en Cantón realizaron un gran número de copias para satisfacer a clientes extranjeros. Convertidas en objeto de debate por su origen y autoría, las copias de Washington por encargo se enfrentaban con los mismos inconvenientes que la piratería china de hoy en día. Cuando Stuart lidió en los tribunales con las copias que llegaban a américa al introducirse la manía washigtoniana, y sus coleccionistas le exigieron un acuerdo de exclusividad del codiciado retrato. Su carácter despreocupado le llevó a contraer muchas deudas, y utilizó la pintura esbozada del presidente para realizar unas setenta y cinco réplicas, y satisfacer así las lucrativas demandas que recibía. Lo que no podía imaginar es que su imagen llegaría a ser un icono a ambos lados del Atlántico.

La reseña revela lo que han venido a llamarse réplicas, réplicas originales o copias originales, una terminología que busca afirmar que las copias hechas por la mano del artista son más “originales” que el resto. Para Stuart, el problema no parece centrado en la copia en sí, sino en su relación comercial. La legislación sobre derechos de autor en Occidente se inicia con el Estatuto de la Reina Ana (1710), y en China el marco legislativo actual no entra en vigor hasta final del siglo XX, pero no se aplica estrictamente. Los mismos problemas que afrontaban los pintores no autorizados del Washington de Stuart –hechos en Guangzhou hace más de 200 años–, atrapan a los pintores que aún se dedican –en el análogo contexto de Dafen– a satisfacer pedidos de imágenes preexistentes específicas y reproducidas por otros medios. La “mano del pintor” fue el factor central en la demanda occidental de las icónicas pinturas del retrato The Athenaeum; pero el trabajo hecho a mano –como un método de producción de imágenes– es en sí mismo un valor en proceso de cambio, al igual que la relación “cambiante” de esa mano con las nociones de autoría y originalidad.

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